Mis ojos te ven desfallecer en el velo de tus fantasías,
mis labios saborean el dulce agrio beso de un adiós,
que al final del alba decides marcharte,
junto a tus sueños de hallar un príncipe.
El adiós no me afecta, no,
lo que me afecta son los recuerdos...
que dejaste bien grabados, en mi interior.
Te quedaste clavada en mi interior,
por ser tan bella...
por tu manera de ser,
por ser niña y mujer...
Te soñé a lo lejos del horizonte,
eso no me quita la esperanza,
de volverte a ver en mis brazos.
27 diciembre, 2005
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