Nublada esta el cielo,
las estrellas andan perdidas
entre las oscuras nubes.
La luna en su eterna búsqueda
de su príncipe azul.
Renuncio a su eterna búsqueda,
y se posó en mi balcón
para contemplar y apiadarse
de mi lenta agonía, por un amor
que fue arrebatado.
Luna tu que comprendes
de mi soledad, dígaleque la amo,
la amo sin ningún horario,
y me hacen falta sus besos
para vivir con felicidad.
Dígale también,
que mi ebrio corazón,
va buscándola en el mar
de mis ensueños efímeros.
27 diciembre, 2005
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